El método de cuidado de la piel en Japón (Saho), está relacionado con la tradicional ceremonia del té en la que, para preparar una taza de té perfecta, es necesario seguir una serie de pautas invariables.
Esas reglas al extrapolarse al terreno cosmético, serían las que conseguirían despertar las capacidades protectoras innatas de la piel y lograrían un cutis radiante y perfecto.
Las mujeres japonesas deben su característica piel de seda, además de a su dieta, a una reglas definidas, un orden de limpieza del rostro:
la doble limpieza.
¿Qué es la doble limpieza y en qué consiste?
Existen 2 tipos de impurezas:
-Las impurezas grasas, como las de los componentes de los maquillajes y el sebo.
-Las impurezas acuosas, como las partículas de polvo y la transpiración.
Para efectuar una limpieza a fondo, debemos eliminar estos dos tipos de impurezas y, como el aceite y el agua no se mezclan debido a sus componentes, necesariamente tendremos que utilizar productos de composiciones distintas y específicos para erradicar cada una de ellas.
Paso 1: Limpiador para impurezas grasas. En este primer paso aplicaremos un aceite o loción oleosa para eliminar el maquillaje, dando un ligero masaje en el rostro. Para retirarlo es mejor hacerlo con una toallita, algodón o tissue ya que al hacerlo con agua, esta no se mezcla con el aceite y se hace difícil la retirada del producto.
Paso 2: Jabón o espuma limpiadora. Lo emulsionamos con agua para crear espuma si es un jabón y lo aplicamos masajeando como en el paso 1. Para retirar el jabón lo aclararíamos con agua y secaríamos.
Estos dos pasos sirven para limpiar el rostro cuando se ha maquillado, en el caso de las rutinas faciales matutinas o las limpiezas antes de acostarse de rostros que no se han maquillado, nos saltaríamos el paso 1 ya que no sería necesario.
Doble hidratación
Tras este segundo paso aplicaríamos nuestro tónico o agua termal. Las japonesas ponen una toalla caliente sobre su rostro para que penetre mejor el producto que apliquen después. Una vez a la semana es necesaria una exfoliación del cutis después de limpiar la piel.
Acabaríamos el proceso con un serum y una crema hidratante o nutritiva, dependiendo de vuestras preferencias.
Doble aplicación
Estos productos se aplican con suaves masajes circulares facilitar la penetración del producto y favorecer la circulación sanguínea y se termina con presiones leves de las manos en el rostro para facilitar la completa absorción del mismo. La doble aplicación consistiría en esos movimientos: circulares y de leve presión.
Productos en el mercado
Hay líneas de marcas japonesas como Shiseido, SKII o Kanebo (que es la marca que yo utilizo normalmente que, aunque es de un precio elevado, cunde muchísimo y duran meses sus productos, por lo que compensa y amortiza la compra) que tienen productos específicos de doble limpieza (también para la doble hidratación). Pero podemos utilizar en nuestra rutina facial de doble limpieza cualquier producto del mercado que tenga características similares a las de los pasos 1 y 2 (aceite limpiador y jabón).
Siendo constante con este delicado método de cuidado del rostro, no sólo lograremos una limpieza profunda del cutis, sino una piel que lucirá más luminosa, saludable y sedosa.